Aquí comienza el recorrido expositivo del Museo Casa Don Bosco. Esta sala se remonta al 1853 y Don Bosco estableció en ella la primitiva encuadernación. Se recogen aquí algunos testimonios de la gradual transformación de los espacios históricos de Valdocco.
El núcleo original de la exposición comienza con el complejo de cuatro estancias en las que vivió Don Bosco de 1853 a 1888. Esta parte del edificio se conserva tal como era, desde la muerte del Santo.
Si el lugar donde murió San Juan Bosco fue conservado tal como era, en los otros ambientes vivieron primero el Beato Miguel Rua (1888-1910) y después el segundo sucesor de Don Bosco: Don pablo Albera (1910-1914).
Este optó por cambiar la residencia del Rector Mayor al nuevo edificio contiguo del Consejo General (1912-1914). Desde aquel momento las habitaciones de Don Bosco se convirtieron en lugar de visita, no ya de residencia, y comenzaron a llamarse “las Habitaciones”.
En 1927 se restauró la primitiva Capilla Pinardi volviendo a ser lugar de oración, después de haber servido de refectorio de la comunidad salesiana de 1856 a 1927.
En 1929, año de la Beatificación de Don Bosco, las habitaciones del Santo fueron transformadas en lugar de exposición por el Beato Felipe Rinaldi.
En 1973 -1976 y en 1977, las cambiadas sensibilidades sobre los museos impulsaron a una primera restauración integral de la exposición en dos fases distintas.
En previsión del centenario de la muerte de San Juan Bosco, en 1987 se procedió a una revisión del museo adoptando sistemas de exposición más contemporáneos.
Con ocasión del jubileo del 2000 se decidió una renovación radical de “las Habitaciones”.
En 2019 la Congregación Salesiana amplió los espacios del museo ofreciendo al visitante la actual casa Don Bosco.
El pórtico de las Buenas Noches sigue siendo uno de los espacios más sugestivos de la Casa. Su construcción se inició en 1853 acabándose de construir en los años 1856-60. Probablemente se remonta a esta época el característico pavimento de piedra.
Las frases bíblicas de las paredes sobre la confesión y los mandamientos recuerdan las hechas pintar, por sugerencia de Don Bosco, a Pietro Enría. Las que actualmente se ven sobre las columnas son del comienzo de 1900, mientras que las de los arcos son de 1965.
El pórtico, de 1848, es un elemento arquitectónico original de las construcciones piamontesas y era el lugar donde Don Bosco daba las tradicionales Buenas Noches, imitando a Mamá Margarita.
El pórtico es la entrada natural a la primera iglesia del Oratorio: la Capilla Pinardi, a la que se adosó posteriormente el Campanario y la Iglesia de San Francisco de Sales. El cobertizo fue transformado en Capilla y se usó de 1846 a 1852.
Fue sucesivamente dormitorio y sala de estudio para los jóvenes; refectorio de la comunidad salesiana hasta 1928, año en que fue restaurada recuperando su destino original.
La capilla conserva como preciosa reliquia la estatua original de la Consolata, comprada por Don Bosco desde los orígenes.
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